Goltzius: la sensibilidad manierista al servicio de la expresión religiosa


Hendrik Goltzius (1558-1617) fue un artista danés que cultivó las artes de la pintura y el grabado. Se le reconoce su papel como máximo talento del grabado del primer barroco, o manierismo, cuyas principales características son la utilización de una técnica muy sofisticada y una composición exhuberante. Además de su faceta como creador gráfico, trabajó como proveedor de diseños que eran grabados y firmados por otros artistas.

Aunque Goltzius nació cerca de Brujas, creció en la ciudad de Duisburgo, donde estudió pintura sobre vidrio junto con su padre; de hecho, sus primeros pasos profesionales los dio como artesano, y no como artista. Pronto se interesó por las técnicas del grabado sobre papel, colocándose bajo la égida de Dirck Volckertszoon Coornhert durante su estancia en Cleves. En 1577, se trasladó junto a su maestro a la ciudad de Haarlem, donde asistió como ayudante al grabador Philip Galle para llevar a cabo la impresión de su serie sobre Lucrecia.

Goltzius tenía una malformación en la mano derecha, como consecuencia de un accidente infantil, lo cual paradójicamente le facilitó el trabajo con el buril, ya que adoptaba posturas que para otros artistas resultaban demasiado forzadas.

Con 21 años se casó con una viuda adinerada, estableciendo su propio negocio en Haarlem. Sin embargo, las disputas conyugales perjudicaron su salud, por lo que decidió emprender un largo viaje por Alemania e Italia, durante el cual pudo conocer y admirar las obras de Miguel Ángel. Cuando regresó a su hogar, en 1591, lo hizo con la salud muy mejorada, así que siguió trabajando hasta su muerte, con 58 años.




A Goltzius se le recuerda especialmente por sus retratos, muchos de ellos de pequeño formato, donde combina una evidente destreza técnica con una especial sensibilidad por el análisis psicológico del retratado. 

Uno de los hallazgos que se le atribuyen es el del manejo del buril de forma que conseguía un trazo de mayor o menor grosor, consiguiendo así una mayor sutileza tonal cuando se observa el grabado a cierta distancia. 




El célebre archivo Hollstein le atribuye un total de 388 grabados, tanto sobre madera como sobre cobre, así como otros 574 diseños para otros grabadores.

Las obras de temática bíblica que aquí presentamos son de gran formato (47 x 35 cm), a excepción de La Piedad, que mide 19 x 13 cm. En ellas es posible captar la fina sensibilidad del artista, dotando a los personajes de una hondura y una humanidad que logra sobreponerse a la suntuosidad de las líneas.